12 de noviembre de 2012

LA OTRA CARA DE LONDRES

Ella es Nora, una mujer tunecina que lleva más de 30 años fuera de su país buscándose la vida. Ha pasado por Argelia, Francia, Catar, España, Egipto… y tantos otros países. Los últimos años ha estado aquí, en Londres, con su pequeña tienda de comida al lado de mi casa. Gracias a ella he podido comer caliente muchos días y con sus recetas, sus charlas mañaneras, sus productos y sus buenos deseos ha hecho que en estos casi tres meses no me haya sentido tan lejos de Marruecos. Vivir en Inglaterra no es fácil, y encontrarte con gente que cada día te pregunta qué tal estás, cómo está tu familia y tu gente, y que se interesa por tus cosas… siempre se agradece.

Pero ahora las cosas van muy mal y pronto va a tener que dejar su tienda, porque con lo que gana no es suficiente para pagar el alquiler, las facturas, el transporte y todo lo que vivir en una ciudad como esta conlleva.  Es imposible ahorrar aquí y en el momento en el que te quedas sin trabajo estás muerto. Esta mañana, cuando he ido a comprar y a charlar con ella como muchos días, ha venido el dueño a meter presión, a pedir lo que es suyo, lo que Nora no le puede dar. No business, no business. Y en cuestión de días su tienda cerrará, para siempre.


No sabe qué va a hacer, tiene la sensación de haber perdido mucho tiempo de su vida para nada. Trabajando más de 12 horas cada día para pagar una casa y comer. Y eso no es manera de vivir. Su mayor deseo es volver a su país, con su gente, su idioma, su clima, su comida… Volver a un país en el que pueda vivir el Islam como ella cree que debe hacerlo y donde pueda disfrutar un poquito más de la vida. Pero no tiene suficiente dinero para comprar tan deseado billete de ida.

No perderemos el contacto porque intentaremos saber siempre la una de la otra y sé que muy pronto nos volveremos a ver, quizá en torno a una mesa con harira, dátiles, zumo de frutas y alguno de esos platos típicos que intentaba hacerme aprender a cocinar. Ha vivido muchas cosas y sabiendo lo que sabe de mi vida me ha dicho que no pierda el tiempo, que aprenda todo lo que pueda, que conozca gente que me haga feliz, que olvide todo lo que no necesito, que ahorre siempre que sea posible, que nunca piense en dinero antes que en todo lo demás y que vaya donde vaya me desea lo mejor. Inch’allah, Nora. INCH'ALLAH!

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