11 de octubre de 2012

VIVIR PARA CONTARLO

'El continente olvidado por excelencia, la cuna del hombre. Cuando pisas su tierra queda impregnada en ti y va contigo allá dónde vayas. Su textura puede ser suave como la seda o bruñida y trabajada como las manos de sus hombres y mujeres. África es espeluznantemente bella , capaz de lo mejor y lo peor. Es capaz de evocar tristeza y alegría al mismo tiempo, arrancarte una carcajada y desplomarte en un sollozo. A veces dormida y desconsolada, otras eternamente viva. Su ritmo a veces te arrastra y atropella , otras te mece lentamente y acuna el estrés característico de Occidente en un sopor pausado y profundo. Sentirla y vivirla te llena de energía a la vez que te inmoviliza. Su aroma natural a tierra y a hoja a fruta puede embriagarte, pero esa naturalidad sin falsos perfumes sintéticos también puede llegar afixiarte. Sus gentes duras, aparentemente impenetrables, te abrazan y acogen sin esperar nada a cambio. Los niños inocentes y puros te dan lecciones de vida. África, la madre naturaleza, la tierra saqueada. Lugar de culturas ancestrales, la gran desconocida. Sus ritmos y danzas te hipnotizan. A veces vibrante y sonora, otras tan callada y silenciosa. África, la tierra de las contradiciones, no deja a nadie indiferente...'

Texto e imagen de Paula Muñoz Antón.

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